Una de las leyendas de la industria automovilística estadounidense, nacida en el 67, fue el resultado del rediseño de los Ford Mustang fastback. Esta variante, preparada por Carroll Shelby, destaca por su aspecto más agresivo y deportivo. Con tomas de aire frontales y laterales, la puesta a punto es aún más impresionante en la parte trasera, con faros muy especiales (tomados de los Mercury Cougar), así como un alerón. Por supuesto, el cambio más importante se esconde tras el capó, con un V8 de 450 CV que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de 6 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 220 km/h. Cifras francamente asombrosas para la época.